Después de una Mudanza, no hay que olvidar todo el papeleo y tareas administrativas que hay que hacer: cambiar de dirección la correspondencia, notificar la nueva dirección a amigos y empresas y hacer todos los trámites de cambio de servicios del hogar: luz, agua, teléfono, banco, seguros, etc.
Una regla fácil para los cambios de dirección es anotar cada carta que va llegando en los últimos meses para inmediatamente hacer el cambio.
En los últimos días antes de la mudanza hay que preparar el maletín de emergencia (o al menos la lista de objetos que irán allí) con las cosas necesarias para las primeras horas o días: medicamentos, artículos de baño, etc. Se puede considerar como una maleta para irnos de viaje unos días al nuevo piso hasta que todo esté medianamente organizado.
También hay una serie de cosas de valor que habrá que tener muy controladas: joyas, dinero o documentos importantes. Lo más seguro es prepararlos uno mismo y llevarlos de forma independiente en una carpeta, siempre a mano.
El último día, después de recoger y dar un repaso la noche anterior, es momento de relajarse y quitarse de en medio, dejando todo el trabajo a los profesionales. Lo importante es tomarlo todo con calma, el día importante ha llegado y por fin se acaba la primera parte de la mudanza. La segunda consistirá en desempaquetar todo y adaptarse al nuevo hogar.
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