El contrato es un elemento indispensable cuando se vaya a hacer una mudanza. Es el medio que nos permitirá reclamar cualquier incidencia o hacer cumplir ciertas responsabilidades, tanto por parte de la empresa como del cliente. Exija siempre un contrato de mudanza cuando hable con la empresa que le prestará sus servicios.
Un contrato de mudanza es el documento que establece los derechos y responsabilidades de las dos partes que lo suscriben: cliente y empresa. Allí se recogen aspectos como quién se encarga del embalaje y desembalaje, montaje y desmontaje de muebles y demás actividades complementarias.
En líneas generales, el cliente adquiere unas obligaciones, como facilitar los datos necesarios para que la mudanza se haga con garantías de calidad:
- Tipo, número e importancia de los objetos a cargar
- Designación de los lugares de carga y descarga, especificando condiciones de acceso para personal y vehículos
- Descripción de artículos u objetos sujetos a una regulación especial
En la mayoría de contratos hay una cláusula específica sobre objetos valiosos. Entre empresa y cliente se deberá hacer una declaración de valor global de los enseres, que será la base de cálculo en caso de desperfecto o pérdida. Este el objetivo final del contrato: establecer las responsabilidades de las partes y posibles indemnizaciones por desperfectos, detallando las exclusiones.
En el contrato también deberá figurar la anulación del servicio por cualquiera de las dos partes (que contempla indemnización), todo los relativo al precio del porte y forma de pago, que se fijará antes del día de la mudanza, previo presupuesto con el visto bueno del cliente.
En FEDEM (Federación Española de Empresas de Mudanza) siempre le ofrecerán la posibilidad de firmar un contrato, para dejar todas las responsabilidades de ambas partes por escrito.
Cuando una empresa de mudanza no ha satisfecho nuestras expectativas, o ha habido desperfectos durante el servicio y queremos reclamar, sepa que existe un organismo ante el que poner esa queja. Son las Juntas Arbitrales de Transporte.
¿Problemas con una empresa de mudanza? Juntas Arbitrales de Transporte
Se trata de un organismo público que resuelve las reclamaciones de tipo mercantil que se producen en el sector del transporte terrestre y actividades auxiliares. Hasta ahora, valía para servicios cuyo valor no pasara de 6.000 euros. Sin embargo, con la modificación de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT), la cantidad subirá hasta los 12.000 euros.
Las Juntas Arbitrales de Transporte median de forma gratuita entre cliente y empresa de mudanza y emiten un laudo, que es de obligado cumplimiento y que sustituye a una decisión judicial. Gracias a esto, no es necesario ir a un juzgado y esperar una decisión judicial, por lo que es más rápido y menos costoso.
De todas formas, conviene saber que la empresa de mudanza puede establecer en el contrato que no acepta el laudo de una junta arbitral en el caso de que el cliente quiera reclamar. En ese caso, habría que elegir otra solución.
Obligación de la empresa de mudanza
La empresa de mudanza tiene la obligación de firmar un seguro de responsabilidad civil con el cliente y a indemnizarle si se produce algún desperfecto o se pierde algún objeto. Para ello, la reclamación se tiene que hacer 24 horas después, si el objeto está embalado, o en ese momento, si está a la vista.
En caso de que haya algún problema, el cliente podrá pedir a la empresa de mudanza una hoja de reclamaciones. Una vez rellenada, la enviará, junto a la factura del servicio y cualquier otro documento que sirva de prueba, a la Junta Arbitral de Transporte de su comunidad autónoma.
Toda empresa de mudanza adscrita a FEDEM le informará sin compromiso de esta posibilidad y le facilitará todo lo necesario para actuar de la mejor forma posible si se produce una incidencia.
Si quiere conseguir las mejores empresas de mudanzas profesionales, con garantía de calidad y seguro, contacte con una empresa de Fedem rellenando el siguiente formulario o haciendo clic aquí.